Anónimos

La otra tarde estábamos charlando con mi madre. Recordábamos que una vez con mi hermano y una vecinita, siendo bien chicos, le habíamos escrito una carta "amorosa" a la vecina de la esquina. Nadie se la bancaba, era una vieja que vivía sola y cuando podía mandarnos al frente cuando nos escapábamos a la siesta, lo hacía y exagerando. Así que parece que en la carta le decíamos de todo, la insultábamos y le atribuíamos un batallón de amantes. Lo único que, una vez mandada furtivamente por debajo de su puerta, nos habíamos olvidado de cortar el membrete del papel de la bodega del padre de mi vecina. Así que nos delatamos solos y la señora ("vieja puta" le habíamos dicho, entre otras cosas) se nos fue "crudita" a buchonearnos. Tu padre y yo nos reímos muchísimo después de que se fue, me decía mi mamá. Y de golpe me largó: "Vos y tu hermano fueron felices cuando chicos, ¿no es cierto?" "Sí, mamá", le contesté. "Mucho". Todavía no sé si le he dicho la verdad.