quebrantapájaros (primera época)

CON LOS HUESOS POR EL AIRE

lunes, septiembre 20, 2004

La panadería del terror

Mientras la señora de la panadería de mi barrio metía en la bolsa de papel los polvorones, yo le contaba cómo había veces que no me quedaba otra que darle un "chirlo" en los pañales a mi hija o, si quería tocar el enchufe, un golpe seco en las manos "pa' que aprenda"...¡ Si hubiera sabido lo que me esperaba!

"¡En las manos nunca!", me dijo y comenzó a amargarme la mañana. "Eran vísperas de Navidad en Las Catitas, un matrimonio tenía una nena un poquito más grande que la tuya. Habían comprado un juego de living nuevo. Durante la siesta, la nenita rajó todos los sillones con una tijera que la madre había dejado olvidada en la mesa para sacarles el nylon. Al levantarse y ver semejante espectáculo, el padre le pegó tanto tanto en las manos que se les engangrenaron y se las tuvieron que amputar. Al otro día, cuando el padre se estaba afeitando, la nena se le acercó y mostrándole los muñones vendados le preguntó 'Papi, si me porto bien, Dios me va a devolver mis manitos en Navidad'. El padre cerró la puerta del baño y se pegó un tiro en la boca..."

No hubo dulce de leche que me alegrara el desayuno.