quebrantapájaros (primera época)

CON LOS HUESOS POR EL AIRE

lunes, noviembre 08, 2004

El asadito

Frente a donde vivo hay una plaza. Enorme, llena de árboles que la vuelven fresca y alegre de tarde y tenebrosa de noche.
En ella sucede que, además de ser cancha alternativa de fútbol, velódromo a escondidas del placero y pista de salud para las viejas y no tanto, ahora todos los domingos una barra brava denominada "Los mandingas" concentra antes de los partidos del Chacarero. No sólo ya se anuncian con bombos y sin ningún platillo a eso de las doce, sino que también cerca de la una ya empezamos a ver el humo del fuego para hacerse un "manso" asado, regado por el venenoso vino suelto que venden en el kiosko de enfrente.
La leña la juntan tras una parecita que se alza al centro de la plaza, donde antiguamente había un busto de Eva Perón (así se llamaba la misma plaza antes de que la Revolución Libertadora del '55 arrasara con sus monumentos, placas de bronce y finalmente borrara su nombre). Allí hacen el fuego y comen el asadito. La otra vuelta pasé para el kiosko, estaban meta tironear la carne con los dientes y uno de ellos componía un épico canto de tribuna y le preguntaba a otro de largo bonete albirrojo, "Che, con qué pegará Dale Chaca". Luego de retozar al sol de la siesta, salen del barrio hacia la cancha, a puro bombo y redoblante con los colores del club en la garganta. Y nada más...
¿Qué esperaban? ¿Alguna especie de reflexión futbolera, de denuncia ecológica o de metáfora social? No, esto pasa en mi barrio y por lo menos a mí me basta para contarlo.