quebrantapájaros (primera época)

CON LOS HUESOS POR EL AIRE

martes, enero 11, 2005

Lectura de verano (para estremecerse)

Hace un tiempo (en invierno, paradójicamente), escribí esta crítica sobre "Los ojos azules pelo negro" de Marguerite Duras. Más que crítica es una sugerencia a atreverse a bucear en la intimidad de esta novela erótica... Los espera un tesoro en el fondo del mar.

En la obra de Duras existen distintos aspectos para destacar: el tema de la soledad, el erotismo, el amor clandestino, la metaliteratura. Pero, la forma en que está abordada la historia, es el aspecto más interesante para analizar.
El estilo se despliega ambiguo ante el lector. Los diálogos pocas veces tienen un referente marcado; los personajes aparecen en escena apenas indicados por un "él", "ella", "el extranjero de los ojos azules pelo negro" o se intuyen. El tiempo transcurre de acuerdo al ánimo de los protagonistas: es denso e intenso; y el espacio es profundamente interior, éste se sugiere si los personajes reparan en él: de forma confusa se describe un atardecer o el paso de un barco por la ventana. Toda estas características colaboran para crear una atmósfera extraña sobre una historia poco clara y esquiva a definiciones como la que nos presenta la autora.
En algunos tramos, el lenguaje alcanza altos niveles líricos: "El mar ha llegado delante de la habitación. No debe de estar lejos la mañana. El mar insomne es el que está aquí ahora, muy cerca de las paredes. Es, desde luego, su rumor, aminorado, exterior, el que lleva a morir..." La narración es un largo aliento (sin capítulos), con un ritmo acompasado, hay un no tiempo que roza lo eterno, una vaguedad al decir, una indefinición al nombrar, una sintaxis ajustada, propios de la poesía. Entonces es desde aquí donde la novela se justifica y cobra peso. La historia deja de ser una simple anécdota para convertirse en un amor que trasciende lo común, que rompe las fronteras de la ficción, para mostrarse a los lectores simplemente humana.