"La revolución no es posible si las masas no están atentas". Esto me lo enseñó George Orwell con su "Rebelión en la Granja". Entonces, pasó que el domingo a la noche, golpean la puerta y el amigo que me faltaba (al que menos le ponía fichas), me extiende irreverente y generoso "La revolución es un sueño eterno" de Andrés Rivera.
Por lo tanto, de nuevo La Revolución es mía. Justito para empezar un nuevo año. Y esto también quiere decir (los efectos siempre son en cadena) que Miranda recuperará La Inmortalidad y Sergio estará apróximándose a La Identidad.
¿Podría ser mejor? Repito ¿Podría serlo?
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