Cambio de piel (y de barba)
Yo:- Déme una maquinita de afeitar, de esa, la amarilla.
Kioskera:- Con esa barba, m'hijo, necesitás por lo menos dos.
Yo:- Bueno, véndame dos de las de un peso.
K:- ¿Por qué tanto pelo? Debés haber hecho una promesa.
Yo:- Los ateos no hacemos promesas.
K:- ¡Aaah... yo creía que con esa cara eras judío!
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