quebrantapájaros (primera época)

CON LOS HUESOS POR EL AIRE

lunes, noviembre 28, 2005

Apólogo (siglo XXI)



Estaba Don Hernán en la sala de profesores esperando para entrar a su hora de primero de Polimodal. Apuntaba las últimas directivas para los Globales finales. De momento, entró una alumna tímida pero decidida y le espetó:

—Profe, quiero estudiar Lengua y Literatura cuando termine el colegio. Deseo convertirme en escritora.
—Te felicito. Eso sí, en la Universidad sólo se encargan de enseñarte a ser profesor (sic). Pero si sobrepasás todas las dificultades y zancadillas de espíritu de allí y aún querés seguir escribiendo, lo vas a lograr.
—Lo que pasa es que mi papá me dijo de todo. Él quiere que siga una carrera “en serio” como la suya: Bioquímica. Que si no me voy a morir de hambre.
—Puede ser. Paola Kauffman, la ganadora del último premio Planeta de novela, es neurobióloga. Así y todo se hace un “tiempito” para escribir y mirá cómo le va.
—Es que tengo miedo de fracasar. ¿Qué diría mi padre?

Timbre y recreo. Luego, un módulo de clases y el calor que no dejó que los temas vistos en el año se refrescaran en los alumnos. Don Hernán salió del curso jaspeado de tiza y de dudas. Se subió a su bici con los frenos recién arreglados y prestos para cualquier imprevisto. Asomó la nariz y la rueda delantera a la calle y se detuvo asustado. Un lujoso auto último modelo que se le había adelantado bruscamente. Del negro vidrio salió una leve mano blanca que lo saludó como una mueca. Allí se iba su alumna con sus sueños a medio hacer.

Si buscas consejos para el futuro,
en cuatro ruedas son más que seguros.